En diciembre de 1978, la Provincia “Ntra. Sra. de las Mercedes”, comenzaba su andadura unificada de la fusión de las dos provincias del Sur, con sede en Málaga y que unos años más tarde se trasladaría a Cájar (Granada), dónde ha permanecido hasta este año 2022.

El viernes día 8 de julio, en la víspera de la fiesta de Jesucristo Redentor, un grupo de hermanas de esta Provincia, bajo el amparo de Ntra. Madre de Mercedes, hemos peregrinado hasta esta catedral de Málaga lugar de mucha oración, de muchos desvelos y discernimientos de nuestro querido Padre Fundador, para pedir a Jesucristo Redentor que nos consagre y asocie a su obra redentora y a Ntra. Stma. Madre que active en todas nosotras ese otro elemento constitutivo o pilar que configura el Carisma con el que hemos sido adornadas, es decir queremos renovar, teniéndolos a ellos como testigos, la Caridad, viviéndola como servidoras unas de otras y de todos los que nos necesiten.

Ha sido para todas nosotras un bonito día de convivencia fraterna, pues tras la Eucaristía en la capilla de la Encarnación de la Catedral del Málaga, presidida por el Señor Obispo, D. Jesús Catalá Ibáñez, pasamos a la Capilla del Pilar, dónde nuestro querido Padre Fundador celebraba diariamente la Eucaristía. Allí, con mucho fervor y emoción todas las hermanas a un solo coro entonamos la oración “Mi sin igual Madre y Protectora” encomendándonos al P. Zegrí para que nos continúe concediendo una continua fidelidad al carisma recibido. Al finalizar en la Catedral, nos dirigimos a la comunidad de nuestras hermanas en Carlos Haya, dónde pudimos disfrutar de una estupenda comida fraterna. Participaron con nosotras en todos los actos la comunidad de Hermanos Mercedarios de la Caridad que presta sus servicios en una Parroquia de Cádiz, con el P. José María Sánchez Garzón al frente.

Que el Señor nos conceda que esta nueva andadura, como Provincia única de España, sea gozosa para todas las hermanas, ya que nuestra identidad de Hermanas Mercedarias de la Caridad, se fundamenta en el seguimiento de la persona y obra de Jesucristo Redentor y somos conscientes de que nos realizaremos, en la medida en que asumamos, vivamos y actualicemos este misterio, fuerza de vida transformadora del mundo y del ser humano. Porque Jesucristo Redentor es el principio de nuestra espiritualidad y vivir y permanecer en Él, haciendo bien a la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios, es el hilo conductor y el sentido de la vida, de cada una de nosotras.