Festividad de  Todos los Santos

Muy queridas hermanas:

Celebramos con júbilo la festividad de todos los Santos. Es la fiesta de la vida en la que celebramos la vida verdadera, la vida eterna que Jesucristo Redentor nos regaló a todos con su triunfo sobre la muerte. Es un día para alabar, bendecir y dar gracias a Dios por la Iglesia triunfante que participa plenamente del amor de Dios y que desborda de gozo y de bendiciones. La segunda lectura de la Eucaristía de hoy, nos garantiza que todos los que han pasado de este mundo al Padre participan de la alegría de su paternidad plenamente, siendo para todas nosotras revelación y testimonio de que somos verdaderamente hijas de Dios, siendo ésta la vocación más esencial de nuestra vida.

Deseo para todas nosotras que, al participar de este gozo de ser hijas de Dios con todos los bautizados que gozan de su gloria, nos sintamos también muy hermanas entre nosotras, y con la capacidad de comunicar a nuestro mundo, la fraternidad universal recibida como don.

La llamada a la santidad y la vocación de ser hijas en el Hijo y hermanas entre nosotras nos impulsa a promover en nuestra historia de hoy, una vida de santidad haciendo reino y creando esa humanidad con la que soñaba nuestro P. Fundador.

Feliz fiesta para todas y todos. Un abrazo mío y de mis hermanas Consejeras con la alegría de poder bendecir a Dios nuestro Padre por la estela de santidad de todos los hombres y mujeres que nos precedieron en la peregrinación de la fe, especialmente nuestras hermanas de Congregación y familiares.

Sor Aurora Calvo Ruíz

Superiora general